Dos ataques atribuidos al Estado Mayor Central de las disidencias de las FARC estremecieron al país el pasado 21 de agosto, dejando múltiples víctimas y generando nuevas tensiones políticas
Escalada terrorista en Cali y Antioquia deja seis muertos y reabre debate sobre la "Paz Total"
El primer ataque ocurrió en el sector de La Base, al norte de la capital vallecaucana, donde dos vehículos cargados con explosivos fueron detonados cerca de la Base Aérea Marco Fidel Suárez.
La explosión causó la muerte de seis personas incluida una mujer embarazada y dejó varios heridos, además de graves daños materiales en locales comerciales.
El presidente Gustavo Petro atribuyó el ataque a las disidencias de las FARC, específicamente al bloque conocido como Estado Mayor Central (EMC), como represalia por recientes operativos militares en el suroccidente del país.
Un presunto implicado, alias Sebastián, fue capturado tras ser entregado por la comunidad. A su vez, el gobierno ofreció millonarias recompensas por alias Marlon, señalado cabecilla de esta estructura ilegal.
Ese mismo día, en zona rural del municipio de Amalfi, Antioquia, un helicóptero Black Hawk de la Policía Nacional fue blanco de un ataque con dron explosivo mientras apoyaba operaciones contra el narcotráfico.
Las autoridades indicaron que el hecho evidenció una planificación avanzada por parte del grupo armado. El Ministerio de Defensa convocó un consejo de seguridad y anunció refuerzos militares en ambas regiones.
La doble ofensiva reavivó las críticas contra la estrategia de “Paz Total” del Ejecutivo. Líderes como el expresidente Álvaro Uribe y el representante José Jaime Uscátegui insistieron en retomar bombardeos contra estructuras criminales. Mientras tanto, en Bogotá, el alcalde Carlos Fernando Galán implementó un plan especial de vigilancia ante el riesgo de nuevos ataques en la capital.
INRAI |
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