El debate de la reforma tributaria volvió a detenerse en las comisiones económicas conjuntas del Congreso.
La jornada inició tarde porque una plenaria previa retrasó el comienzo del debate. En dos de las cuatro comisiones, los parlamentarios votaron por archivar el proyecto, pero el presidente de la sesión, Wilmer Castellanos, decidió continuar con la discusión de la ponencia positiva impulsada por el Gobierno. Aun así, varios congresistas aseguraron que lograrían hundirla.
El ambiente se tensó por retrasos, discusiones y acusaciones sobre maniobras para mantener viva la iniciativa. En medio del debate, el ministro de Hacienda, Germán Ávila, intervino para defender el proyecto.
Otro hecho que llamó la atención fue que pese a que el presidente de la Comisión Tercera del Senado, Jairo Castellanos, había firmado la ponencia que proponía archivar la reforma tributaria, en la sesión de ayer votó en contra de su hundimiento. Su cambio de postura generó sorpresa entre varios congresistas y añadió un nuevo elemento de incertidumbre a un debate que avanza entre tensiones políticas y posiciones divididas.
Cuando comenzó el segundo llamado a lista para votar la continuidad del trámite, surgió una confusión y ya no había cuórum suficiente. Ante esa situación, la sesión fue suspendida.
El Congreso retomará la discusión el nueve de diciembre, con un proyecto que sigue sin avanzar ni hundirse del todo.
La sesión se levantó cuando se deshizo el cuórum en pleno momento de votación.
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